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. ¿Es usted la persona de quien nos ha hablado Evelyn? Su voz era calmada. Sí  respondió Jim.Delbaugh volvió a mirar hacia delante. Estamos virando le dijo a Anilov, y el copiloto asintió.Delbaugh ordenó que hiciera un cambio deaceleración, y el hombre que estaba en el suelo obedeció.Luego, sin mirar a Jim,pero dirigiéndose a él, dijo : Usted sabía que todo esto iba a ocurrir, ¿verdad? Sí. ¿Qué más puede decirme?Jim se asió a un tabique cuando el avión empezó a vibrar y zarandearse. Fallo hidráulico total  dijo Jim. Me refería a algo que yo no sepa  respondió el capitán con frío sarcasmo.Podría haber replicado con un gruñido de enfado, pero conservaba un admirablecontrol de sí mismo.Luego habló con la torre de control y obtuvo nuevas instruc-ciones.Al escuchar, Jim se dio cuenta de que la torre de control de Dubuque iba atratar de que el avión aterrizara mediante una serie de giros de 360 grados, en unintento de alinear la nave con una de las pistas de aterrizaje.Para los pilotos nosería fácil realizar un acercamiento habitual, en línea recta, ya que realmente nocontrolaban el avión.La exasperante tendencia del aparato a virar constantementehacia la derecha iba a ser ahora incorporada a un audaz plan que le permitieraencontrar el camino de vuelta al establo, como un toro testarudo que, resistiéndosea seguir al pastor, escoge su propia ruta de vuelta a casa.Si el radio de cada girose calculaba cuidadosamente y se ajustaba a un ritmo de descenso igualmentepreciso, tal vez podrían lograr que el vuelo 246 fuera conducido a una de las pistasy aterrizara en ella.«Impacto en cinco minutos.» Jim, sobresaltado, hizo un gesto de crispación ycasi pronunció en voz alta aquellas cuatro palabras que acudieron a su mente.En lugar de eso, cuando el capitán terminó de hablar con la torre de control,Jim dijo: ¿Funciona el tren de aterrizaje?  Lo hemos sacado y está en posición  confirmó Delbaugh. Entonces quizá lo logremos. ¡Lo lograremos!  dijo Delbaugh.A menos que nos esté reservada otrasorpresa. Nos aguarda otra sorpresa  respondió Jim.El capitán le dirigió una mirada de preocupación. ¿Cuál es?«Impacto en cuatro minutos», pensó Jim. Por un lado, habrá una racha de viento cuando se aproxime a la pista, seráoblicuo a la nave, de modo que no le hará caer.No obstante, la corriente de airehacia arriba le hará pasar un mal rato.Será como si volara encima de una tabla delavar. ¿De qué está hablando?  inquirió Anilov. Cuando haga la aproximaciónfinal, a unos metros de la pista, el avión se seguirá inclinando  dijo Jim,permitiendo una vez más que un poder superior omnisciente se expresara a travésde él  , pero tendrá que seguir adelante de todos modos, no tendrá otra opción. ¿Cómo puede saber esto?  preguntó el ingeniero de vuelo.Ignorando la pregunta, Jim continuó hablando.Sus palabras fluían como untorrente. El avión se inclinará de pronto hacia la derecha, el ala golpeará la tierra, eiremos dando vuelcos de un lado a otro de la pista hasta salir de ella yencontrarnos en medio del campo.Todo el maldito aparato se partirá en pedazos yarderá.El hombre pelirrojo que manejaba los aceleradores miró a Jim con incredulidad. ¿De qué mierda está hablando, quién demonios se cree que es? Sabía lo que iba a ocurrir con el motor número dos antes de que explotara dijo Delbaugh fríamente.Consciente de que iban a llevar a cabo el segundo de los tres giros de 360grados que planeaban realizar y de que el tiempo era escaso, Jim dijo: Ninguno de los que se hallan en la cabina va a morir, capitán, pero perderáa ciento cuarenta y siete pasajeros y a cuatro auxiliares de vuelo. Oh, Dios mío  exclamó Delbaugh en voz baja. No puede saber esto objetó Anilov.«Impacto en tres minutos», intuyó Jim.Delbaugh dio instrucciones adicionales a Yankowski.El ruido de uno de losmotores se incrementó, mientras que en el otro descendió, y el enorme avión iniciósu segundo giro, perdiendo cierta altura. Una advertencia antes de que el avión se incline hacia la derecha  dijo Jim. ¿Cuál?  preguntó Delbaugh, sin volver la vista hacia Jim, ocupado enconseguir una respuesta de los mandos. Usted no sabrá lo que significa, pero oirá un sonido extraño, nada parecido alo que pueda haber oído antes, porque será un fallo estructural en el acoplamientode las alas, en el lugar en que están unidas al fuselaje.Oirá un sonido vibrante yagudo, como una cuerda gigante de guitarra.Cuando lo oiga, si aumenta lapotencia del motor de babor inmediatamente, compensando el avión hacia laizquierda, evitará que el avión vuelque.Anilov perdió la paciencia. ¡Esto es de locos! Slay, no puedo pensar con ese tipo aquí al lado.Jim sabía que Anilov tenía razón.El Sistema Aeronáutico de Mantenimiento enSan Francisco y el controlador hacía ya rato que permanecían en silencio,temiendo interrumpir la concentración de la tripulación [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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